IMPORTANCIA DEL CUIDADO EFICAZ
EN LAS ÚLCERAS POR PRESIÓN
Las úlceras por presión son definidas como aquellas áreas de daño en la piel y tejidos subyacentes las cuales aparecen mayormente en pacientes encamados, con movilidad disminuida y/o limitada quienes se encuentran continuamente sometidos a una compresión constante entre las prominencias óseas. Produciéndose, en la mayoría de sus casos como resultado de una fuerza perpendicular a la piel que origina el hundimiento tisular del tejido pudiendo ocluir el flujo capilar en los tejidos blandos (hipoxia), sin embargo si se persiste su daño durante un periodo de tiempo prolongado se obtendría la necrosis del tejido propiamente; además del daño que ocasiona por la fricción.
Según la Agencia para Programas e Investigación de los Cuidados de Salud de Estados Unidos (AHCPR) se clasifican las úlceras por presión en cuatro estadios:
1. Estadio I:
Eritema que no palidece tras presión. Piel intacta (en pacientes de piel oscura observar edema, induración, decoloración y calor local).
2. Estadio II:
Pérdida parcial del grosor de la piel que afecta a epidermis, dermis o ambas. Úlcera superficial con aspecto de abrasión, ampolla o cráter superficial.
3. Estadio III:
Pérdida total de grosor de la piel con lesión o necrosis del tejido subcutáneo, pudiendo extenderse hasta la fascia subyacente pero sin atravesarla. La úlcera aparece como un cráter profundo y puede haber destrucción en el tejido adyacente.
4. Estadio IV:
Pérdida total del grosor de la piel con necrosis del tejido o daño muscular, óseo o de estructuras de sostén (tendón, cápsula articular, etc.). También puede asociarse a destrucción y tractos fistulosos en el tejido adyacente.
Las úlceras por presión suelen localizarse en las áreas declive del cuerpo que se encuentran en contacto continuo con el colchón, fundamentalmente en las que presentan prominencias óseas que aumentan la presión.
Tomando en consideración que el propio ambiente intrahospitalario, hace que en muchos casos nuestros pacientes se encuentren en situaciones de riesgos por factores tales como el expuesto anteriormente, ya que el mismo bien sea por causa de estadías prolongados en cama en donde se limita o disminuye la motilidad del paciente, con fines terapéuticos, se logra ocasionar la disminución de la circulación periférica al igual que la oxigenación en la sangre, conllevando a que la piel se encuentre en un estado de resequedad que bien sea por presión o fricción, vaya destruyendo gradualmente los tejidos y/o capas de la piel. Por una parte y por la otra, el daño que se logra en conjunto con la infecciones que se asocian, en la gran mayoría de los casos, al inadecuado manejo de su cuidado por parte del personal de salud (enfermería principalmente) o bien sea por alguna otra patología que lo pudiera producir (desnutrición, cáncer, obesidad, etc.).
Por ello la importancia que radica para este tipo de pacientes, los cambios posturales al igual que el buen manejo (praxis) de las úlceras por presión, tanto como para su asistencia, prevención y/o rehabilitación de la misma, consiguiendo un mayor grado de independencia en el paciente, promoviendo así el autocuidado, la educación para el equipo de salud y/o familiar lo que conduce a implementar nuevas estrategias para evitarlas, ya que se ha comprobado por medio de diversos estudios que la formación de las úlceras por presión se pueden evitar siendo responsabilidad de la familia y principalmente del personal de enfermería por ello se hace hincapié en la educación, trayendo como consecuencia que la estancia intrahospitalaria en los pacientes no sean tan prolongadas aumentando notoriamente en su calidad de vida.
BIBLIOGRAFÍA
http://perso.wanadoo.es/aniorte_nic/apunt_cuidad_cronic_10.htm
http://web.usal.es/~acardoso/temas/ulceras.html
CADIME, tratamiento local de ulceras por presión, boletín terapéutico anda luz, escuela andaluza de salud publica; año 2000, vol. 16 Nº 5 (disponible en www.easp.es/cadime)
Logroño, Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento en Ulceras por Presión y Heridas Crónicas (GNEAUPP). Directrices Generales sobre Prevención de las Úlceras por Presión. España. 2003.
Ellen Baily Raffensperger. Manual de la Enfermería. Grupo Editorial OCEANO. España. 2006
Publicado por: TSUE. Carolina Campos
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