Florence Nightingale nació en Villa Colombia en Florencia, Italia el 12 de mayo de 1820. Hija de Frances y William Edward Nightingale, familia aristocrática victoriana bien educada y acaudalada. Florence y su hermana Parthenope, aprendieron italiano, latín, griego, historia y matemáticas, siendo su padre y tía paterna sus tutores además de otros. Su madre Frances Nightingale, también provenía de una familia adinerada. En 1837, a la edad de 17 años, escribió en su diario que escuchó el “Llamado de Dios”, una experiencia decisiva que fortaleció su convicción de que no estaba hecha para una vida ordinaria. En 1844, comenzó a asistir médicamente a los pobres e indigentes y, en 1845, anunció su firme decisión de ser Enfermera. Tuvo frecuentes conflictos con sus padres, que proyectaban el matrimonio para ella con Richard Moncton Milnes, a quien siete años después ella le rechaza definitivamente. En su diario explica el por qué decidió no aceptar la oferta de matrimonio.
Finalmente, llegó a la amarga conclusión de que sólo la viudez o la pobreza podían dar una ocasión de trabajar a una mujer con educación.Durante este triste periodo de su vida, recibió cierto estímulo del doctor Samuel Gridley Howe, el americano pionero en la enseñanza para ciegos, quien le aconsejó que perseverase en su vocación de Enfermera a pesar de la consternación de familiares y amigos.
Cuando vivió en 1848 en Londres, Florence tuvo la oportunidad de enseñar durante varios meses a los niños pobres (sus “ladronzuelos”) en la Ragged School de Westminster. Esta experiencia le abrió los ojos ante el fenómeno de la pobreza y adquirió la certeza de que podía ser útil, pero, una vez más no pudo hacer oídos sordos a los reparos de su familia:
Sin descuidar la cotidianeidad de su vida de Fe, en 1849, Florence se embarcó en un viaje cultural por Egipto y Grecia durante el que dedicó algún tiempo a tomar apuntes detallados sobre la situación social y sobre los vestigios arqueológicos.En el viaje de regreso, de paso por Alemania, el grupo visitó Kaiserswerth, cerca de Düsseldorf, lugar en el que el pastor Theodor Fliedner había fundado en 1836 un hospital que era además orfanato y escuela. El personal de la institución estaba formado por “diaconisas” formadas por Fliedner y su esposa Caroline.
A los treinta años, “la edad a la que Jesucristo comenzó su misión” (en palabras de Florence), volvió a Kaiserswerth para recibir una formación de Enfermera, pese a la tenaz oposición de su familia. Florence demostró ser una alumna capacitada y al cabo de tres meses de formación el pastor Fliedner le sugirió que publicara un relato sobre la vida en Kaiserswerth destinado a los lectores ingleses (Nightingale, 1851).

Florence Nightingale no encontró una aplicación inmediata a su recién adquirida formación, por lo que a su regreso de Kaiserswerth, en 1851, redactó un borrador de lo que ella denominó su “religión para artesanos”. Eran consideraciones filosóficas que publicó más tarde en tres volúmenes, en una edición privada, con el título Suggestions for thought for searchers after religious truth, (Nightingale, 1860), algo así como “Sugerencia para los investigadores, más allá de la verdad religiosa”. En un capítulo de carácter semi-autobiográfico titulado “Cassandra”, que es texto clave para entender la historia de la mujer del siglo XIX, lanzó un apasionado llamamiento a un nuevo tipo de educación:
“Las mujeres anhelan una educación que les enseñe a enseñar, que les enseñe las reglas de la mente humana y cómo aplicarlas…” (Nightingale, 1860).
Entre 1851 y 1854, Nightingale completó la instrucción práctica que había adquirido en Kaiserswerth visitando hospitales de Gran Bretaña y de Europa y recogiendo información.
Sistematizó todas estas experiencias analizando informes de hospitales y publicaciones oficiales sobre la sanidad pública.
En 1854, el 21 de Octubre, la designación de Florence Nightingale para dirigir a un grupo de 38 enfermeras no tenía precedente alguno, ofreciéndose voluntariamente partieron hacia Scutari bajo la autorización de Sydney Herberto. Ninguna mujer había ocupado antes un puesto oficial en el ejército y su nombramiento podía tener resultados interesantes, ya que se trataba de una Enfermera experimentada, muy inteligente, pero nada dispuesta a aceptar órdenes de una jerarquía cerril. Florence entendió inmediatamente cuál era la situación en Scutari, donde se encontraba el principal hospital británico. Como no deseaba ganarse la antipatía de los Médicos, lo que habría dificultado las posibles reformas, sus primeras medidas fueron someter a sus Enfermeras a la autoridad de los Médicos e instalar una lavandería en el hospital. En tan sólo un mes ya había conseguido mejoras en el mantenimiento de las salas, había obtenido ropa de cama y prendas nuevas para los soldados y había mejorado las comidas del hospital. Ya que a su llegada a Scutari lo que encontró fue:
- Soldados mal heridos en unas condiciones sanitarias reprobables y con cuidados de personal oficial Médico indiferentes.
- Escasez de medicamentos.
- Infecciones comunes que eran mortales:
TIFUS EXANTEMÁTICO trasmitido por piojos o por pulgas.
Fiebre de Tifoidea:
Cólera.
Disentería.
Tuberculosis.
Heridas de guerra.
Si su genio administrativo la hizo ganarse el respeto de la reina Victoria y de muchos de los miembros del gobierno, lo que suscitó el cariño del pueblo británico fue la atención y el cuidado que dedicó personalmente a los soldados enfermos y heridos. Se dice que cada noche recorría los seis kilómetros de pasillos del hospital y un soldado agradecido recordaba cómo besaba la sombra de la “dama del candil” cuando ésta pasaba por su lado.
En noviembre de 1855, en el momento en que la popularidad que ganó Florence durante la guerra de Crimea había llegado a su apogeo, un grupo de seguidores suyos organizaron una reunión pública en Londres con el fin de reunir fondos para que, a su regreso a Inglaterra, pudiera llevar a cabo la reforma de los hospitales civiles mediante la creación de una escuela modelo de Enfermeras y de auxiliares de hospital.
Cuando volvió el 7 de Agosto en 1857 a Londres - Gran Bretaña, Florence se indignó al comprobar que las autoridades no parecían dispuestas a investigar demasiado sobre la desastrosa organización que había causado en Crimea 16.000 muertos por enfermedad frente a 4.000 muertos en el campo de batalla. Inmediatamente montó una campaña para la creación de una comisión investigadora, y el asunto no concluyó hasta 1860.
Con Sidney Herbert como presidente de la misma y con una mayoría de partidarios en la junta, Florence se dedicó a ordenar sus pruebas sobre la mala administración de los hospitales y a reunir estadísticas de mortalidad.
Florence Nightingale elaboró planes para la educación médica militar en sus “Notas sobre cuestiones relativas a la sanidad, la eficacia y la administración de los hospitales en el Ejército Británico”, publicadas en 1858 en una edición privada. El objetivo de la formación estaba claramente basado en las lecciones aprendidas en la reciente guerra:
conocido de la labor de Florence Nightingale ha mostrado que tenía ideas más bien avanzadas para su época, ya que ella pensaba que podía educarse de algún modo al soldado raso.

Durante los decenios de 1830-1840 y 1840-1850 y gracias a las nuevas libertades religiosas, se habían creado en Gran Bretaña numerosos centros como St. John’s House, una hermandad anglicana creada en 1848 que en tres meses formaba a mujeres para cuidar a los enfermos pobres en sus propios hogares.En los hospitales, algunos habían empezado ya a protestar ruidosamente contra las nuevas enfermeras. En 1856, John Flint South, cirujano en el hospital St. Thomas de Londres, declaró que en su opinión una Enfermera no necesitaba más formación que una criada.
A pesar de todo, Florence y el Fondo Nightingale comenzaron a negociar en 1859 la creación
de un centro de formación de enfermeras en el hospital St. Thomas. La oposición de ciertos sectores de la profesión médica era inevitable.
De su correspondencia privada se desprende que no estimaba ser una buena profesora de mujeres. En diciembre de 1861 escribió a Mary Mohl no sin cierta exageración:
El candil no dio luz inmediatamente; la reforma llegó de manera lenta y penosa, de forma que lo que se conoció como el sistema Nightingale no fue el proyecto ideal imaginado por Florence, sino un experimento pragmático derivado de un compromiso forzoso (Baly, 1986, pág. 230).
Los éxitos de la escuela facilitaron la incorporación de alumnasmejor capacitadas, por lo que “Enfermeras Nightingale” cada vez mejor preparadas comenzaron a crear sus propias Escuelas de Enfermeras.
Las teorías de Florence Nightingale
La observación indica cómo está el paciente; la reflexión indica qué hay que hacer; la destreza práctica indica cómo hay que hacerlo. La formación y la experiencia son necesarias para saber cómo observar y qué observar; cómo pensar y qué pensar (Nightingale, 1882).
Florence Nightingale consideraba que, una vez que la enfermera había “aprendido a aprender”, el proceso de formación debía continuar más allá de la escuela. Sus ideas al respecto eran asombrosamente vanguardistas: “hoy en día, cada cinco o diez años se necesita una segunda formación”
1907 Fue la primer mujer que se le otorgo el orden del merito.
1908: Le dieron la libertad honoraria de la ciudad de Londres.
El 13 de Agosto de 1910 Fallece y es enterrada por sus familiares en el cementerio de Wellow del Este Inglaterra del St. Margaret.

Carlos Peña. http://www.elpracticante.galeon.com/. Florence Nightingale
Ladios Martín M. El legado de Nightingale. Educare21 2005; 22. Disponible en: http://enfermeria21.com/educaretm
José Siles González (1996): Pasado, presente y futuro de la Enfermería en España. Perspectiva Histórica y Epistemológica, CECOVA, Alicante.
Juana Hernández Conesa (1995): Historia de la Enfermería. Un análisis histórico de los cuidados de Enfermería, Interamericana McGraw-Hill, Madrid.
Diccionario Enciclopédico Ilustrado de la Lengua Española. Ediciones Rayuela.
Gran Diccionario Enciclopédico Durván. Ediciones Durván.